febrero 22, 2023

Se seca la carne 

de este corazón

Profunda noche de sombra 

del silencio que hicimos un hijo nuestro

Te extraño con una cadencia que me rompe

los huesos

la mente

la boca

A veces en las horas de la noche 

estos ojos que no duermen rasgan sus sombras

quieren ver a la muerte

quieren ver un final que sea verdad

un capítulo al que no siga otro más

un sentido

un objeto

de todo este amor

de todo esto

de todo yo

de toda tú

Ausente

los pasos  de esta muerte

se escuchan pasar de largo 

ignorando

dejando

abandonando

Miro las horas 

pensando en qué andarás

roto en todas partes

incapaz de entender

retornando insulso a los momentos 

donde el hueso de mi espina dorsal

por fin se hubo de quebrar

pregunto

dónde habré 

dónde será acabar

Esta idea de destino

de sino

de cuervo

me come las entrañas

me asalta 

en la carretera 

que me llevaba 

a tus labios

a tus piernas

a tus gestos

a tus manos que lastiman

y ahora me pone tan lejos

tan lejos

tan estúpidamente lejos de ti


Quiero 

anhelo

deseo

esa casa que me hiciste en tus brazos

esa tormenta que habitaba en tu boca

la miel de tus ojos

la complicidad de tu mano

y al tiempo muero de miedo 

al trastocar todo eso que eres

que eras antes de mi

que amabas previo a mi

que necesitas aún

cerca de ti


Si tan solo este pecho 

maldito 

sintiese menos

si esta cabeza 

gritase más quedo

si mis huesos 

no fueran lladró

si mis oídos 

no escuchasen 

sino por tiempos...

Pero no.

Todo mal.

Todo terriblemente mal.


Róbame a un sitio

que solo tenga cielo

sin futuro

sin pasado

sin las cosas 

que le faltan a este cuerpo

sin tu certeza de pasado

sin tu idea de ser demasiado

sin mi miedo abyecto

sin estos pies que se escapan

dime que no estaba equivocado

que te pedí amor

sin dolo

con esperanza

sin tregua

dime que no soy menos

que eso que acabé siendo

abrázame con tu voz

con la música 

que hay en tu nombre

(ese nombre que vives negando)

y borra mi memoria 

de las cosas que fueron

ábreme tus brazos

y déjame curar 

lo que te pueda curar

hazme tu único 

anhelo

tu hombre

tu hijo

tu misterio

y luego

fulmíname 

con uno de tus rayos

que no quede detrás

idea

mano

pierna

o pecho;

que este sinsentido

que soy

sea una vida

un manchón

una sombra

la idea de uno

que no genere 

ningún recuerdo.


 Ábranse los prados verdes de los días que aún no han sido, como si fuese la propia esperanza que regresa a esta orilla del océano de las te...