agosto 13, 2023

 Tengo

un defecto

que nadie 

nunca 

quiso 

cuidar.

Tengo

un hueco

una falla

una rotura

por la que se fuga

un amor

que nadie supo 

entregar.

Soy

un nómada

de frente arrugada

un monet

que se mira bien de lejos

pero al que nadie

soporta 

poderse acercar.

Soy

el chillido rastrero

la queja interminable

la falla horrenda

el vicio oculto

una forma sin llenar.

Soy

el que buscas

queriendo nunca encontrar.



agosto 06, 2023

'Yo te amo a ti. Te voy a amar siempre.'

Escribiste una mañana. La que siguió a esa noche oscura donde todo lo perdí. Inclusive la razón.


Ojalá fuera cierto.


Ojalá esta noche no despierte yo del sueño que sigue, porque así moriría limpio aún, pleno del amor que me une a ti. 

Ojalá este dolor que me desgarra a medio día, mientras conduzco, mientras como, mientras escucho melodías que nada tienen que ver contigo, tuviera el objeto de fulminarme entero; que los estúpidos que dicen de amor nadie muere se embarren la boca de la mierda de sus verdades insulsas, trastocadas por mi voluntad de esfumarme herido de tu ausencia. Ojalá me muera, para que nadie más venga a ensuciar esto que siento por ti. Que sea la última verdad poderosa que acabe conmigo, y que no siga más nada si es después de ti. Que tu amor roto sea la hoja de vidrio que desangre en definitiva este estúpido, horrendo corazón.

Pero no. Lo más probable es que no.

Mañana despertaré a extrañarte de nuevo. A esconderme. A guardar silencio de nuevo. A repasar las cosas que dijiste, y me vinieron mal. A hacerme heridas de memorias a partir de tus formas de decir esas palabras que quizás no quisiste decir, pero de cualquier manera pronunciaste. Mañana haré una lista nueva de las razones por las que no soy para ti. Recordaré que te hago mal. Recordaré que transgredí tus reglas. Que rebasé tus límites. No una, sino cinco --dos de ellas en la misma hora negra-- o seis o siete, o las veces que te haya roto desde mi maldad abyecta. Mañana quizás entienda, por fin, que mi castigo es merecido.

Mañana me ensuciaré la boca con la hiel de eso que nos separa. Recordaré que no puedes estar conmigo. Recordaré que cambiarme es la única manera de estar contigo, y que eso es simplemente imposible, como me explicaste esa última noche en la que hablaste de no volver.

Pasarán los días --o semanas tal vez-- y de las grietas de este corazón horrible y roto surgirá un otro monstruo, uno grande, reseco, más odioso que el que ya llevo dentro. Uno que esté hecho de fría lógica, que sea fuerte, y con esa fuerza quiera romperlo todo --romperlas a todas-- para que en esa constitución alcance la estatura de ese otro monstruo que tienes por demonio, y que desde la distancia le hable en ese idioma que yo nunca supe hablar.

Y entonces lo habitaré. Como quien hace su casa en la piel separada de un muerto, lo vestiré tal que si fuera la cota de una malla tejida de acero; seré ese otro monstruo, que me salve, que me lleve de esta noche donde quiero que no haya otro mañana, y transitaré los días, los años que vengan, en la solitud de sobrevivir este agosto y lo que de él pueda surgir.

Un día cualquiera le cortaré la lengua al monstruo --con la mía dentro-- para que guarde definitivo silencio --tal y como suele hacer el tuyo, llevando esos cuernos-- y así, con la boca inútil, caminaré haciendo las veces de sus entrañas, dentro de esta nueva aberración, a lo largo del páramo seco de la vida que siga después de ti.

Que sea el horror el que salve esto que quede de mí, y me lleve allende los escombros de ese encuentro que pensé sería el final en esta vida de buscarte, de soñarte, de amarte sin saber de ti.

Que sea el horror el que nos salve, solos, taimados, convencidos de que esto es lo mejor.

Que sea el silencio el que gane una vez más.

Que se vuelvan mentiras todo lo que te dije en el éxtasis de mirar tus ojos. Que se quiebren los planes, que se rompa la niña, que se queme el hogar, que se mueran los días, que no nos importe nada, nunca, nunca más.


'Yo te amo a ti. Te voy a amar siempre.'

En otra vida...

Quizás.




 Ábranse los prados verdes de los días que aún no han sido, como si fuese la propia esperanza que regresa a esta orilla del océano de las te...